Becky Sabah: “Soy una mujer que no supo vivir acorde a lo que se esperaba de personas con discapacidad severa”

17/Sep/2018

Montevideo Portal- por Ana Jerozolimski

Becky Sabah: “Soy una mujer que no supo vivir acorde a lo que se esperaba de personas con discapacidad severa”

Recientemente se presentó el libro de
Miguel Cherro (Editorial Rumbo) sobre la vida de la Psic. Becky Sabah, una
figura muy querida en la colectividad judía uruguaya y respetada también fuera
de ella por su actividad profesional y los desafíos con los que ha sabido
lidiar. El haber contraído poliomelitis a los cinco meses de edad, marcó
indefectiblemente su vida. Limitó radicalmente su capacidad de moverse pero no
sus ganas y fuerzas para vivir.
Su actividad comunitaria cobró especial
relevancia al fundar en 1999 la entonces llamada Área de Discapacidad en la
Comunidad Israelita del Uruguay (Kehilá). Hoy es Jalomí (que en hebreo significa
“mi sueño”), el Departamento de Inclusión.
Esta es una conversación con una gran
mujer.
P: Becky querida, debo decir que hace mucho
pensé que era sólo cuestión de tiempo hasta que se escribiera un libro sobre tu
vida. Mejor dicho, sobre el ejemplo de tu vida. Pero comencemos por algo que se
me hace ineludible: el título. “Chelebi dijo: ¿Y si vive?”. Y luego,
entra en tema directo: “La portentosa vida de Becky Sabah”.¿Me
podrías explicar la primera parte?
R: Te cuento que “Chelebi” era el
nombre de papá con el cual vino desde Turquía. Después acá, ya pasó a ser
Felipe, pero el Dr. Cherro, al decir de él, se enamoró de “Chelebi”
por los relatos puestos en este nombre. Dando un breve adelanto del libro, les
cuento que después de salir del pulmotor, en una entrevista médica con mis
padres y yo, les dijeron que yo no viviría y si lo hacía sería muy poco tiempo.
Papá insistió, pero la respuesta del médico fue directa y cortante: no vivirá.
Mis padres se fueron conmigo en brazos, pero luego de unos minutos, papá volvió
a la consulta conmigo y le dijo al Dr.: “¿Y si vive?”
P: Divino… ¡Y cómo vivís Becky! Hasta los
120. De lo que he tenido el privilegio de conocer a través de tus propios
relatos, me alcanza para tener claro que tu vida amerita ser contada en un
libro. ¿Pero cómo explicarías tú por qué se plasma tu testimonio en este libro?
Me atrevo a adivinar que no enfocas el tema desde algo así como “mis
grandezas” -aunque las tenés, y muchas- sino del mensaje que pueda servir
a los demás.
R: Sinceramente hubo un poco de las dos
cosas: Quise plasmar mi vida y si sirve a alguien, muchísimo mejor. Hace como 4
años, por infecciones recurrentes, me tuvieron que sacar un riñón, lo cual fue
muy complicado, pero ahora estoy marchando. Hace menos de un año, tuve un
cáncer de mama, pero ahora sigo marchando… Si bien muchas personas me han
sugerido que escribiera un libro sobre mi vida, siempre creí de verdad, que
cada uno vivía la vida como podía, como quería y que, de alguna forma, yo había
hecho la mía por lo que no entendía que debía escribir sobre ella. Cuando me
tuve que operar de estas intervenciones difíciles, mis sobrinos, a los cuales
adoro, me pidieron que por lo menos dejara mi vida plasmada en un libro,
principalmente por ellos, por mis sobrinos nietos quienes también insistieron
que escribiera. Ahí empecé a pensar la idea más enserio. Así, cuando lo decidí,
tuve una entrevista con María Inés Obaldía pidiéndole si me escribía el libro,
pero ella lamentablemente no podía. Y luego pensé en el Dr. Cherro por varias
razones, entre otras, por su profesión. Así comenzamos y así culminó una
primera etapa que fue genial, no sólo la realización del libro, sino también la
presentación en la cual estuve muy acompañada con gente “de ayer, de hoy y
de siempre” y eso fue un regalo al alma genial.
LA DISCAPACIDAD NO ES LO CENTRAL
P: Es un tanto simplista quizás buscar
resúmenes cortos para vidas plenas de acción…pero igual intento. Si yo te
pido titular esta entrevista, resumir cómo presentarte ¿Qué me dirías? ¿Cómo te
presentarías a ti misma?
R: Como una mujer que no supo vivir acorde
a lo que se esperaba de personas con discapacidad severa.
P: ¿Y el mensaje que transmite todo esto?
¿Pasa por lo que un ser humano puede lograr en medio de la adversidad? ¿Por la
fuerza del espíritu por sobre lo físico?
R: Seguramente un conjunto de todos estos
elementos y agregaría que por el apoyo y cariño de mi familia y amigos.
P: Te planteo todo esto, recuerdo las
diversas entrevistas que hemos hecho-por supuesto no sólo sobre tu vida sino
sobre tu labor profesional como psicóloga y la impronta especial que dejaste en
lo que en su momento se llamó el Área de Discapacidad de la Comunidad Israelita
del Uruguay que tú fundaste, hoy llamada “Jalomí”-y me pregunto si
quizás te molesta o te parece inapropiado, que siempre esté en el medio tu
propia limitación física. Recuerdo cuando me contaste sobre los comienzos del
área, sobre las reacciones de algunas personas cuando llamabas a una casa en la
que sabías que había alguien con algún tipo de discapacidad, para acercarla al
marco que se estaba formando, y cuando quien atendía se mostraba molesto,
sacabas la fórmula “mágica” y contabas que vos misma estás en silla
de ruedas. ¿Es siempre parte natural del relato o está mal que lo sea?
R: Por lo general es parte del relato, sí,
y creo que es por muchas razones. En
algunos momentos no deja de ser un beneficio secundario; en otras, la mayoría,
es como “un aviso” para que se
ubique la gente que me llama, que tengo una condición que hace que tiene haber
accesibilidad a la hora de concurrir; en otros momentos, con conciencia total,
que al otro que escucha, le pueda impactar y le sirva de “ejemplo”,
cosa que sinceramente no me siento así, pero también sé que al otro le produce esto
y si le sirve, o me sirve para el objetivo de ese momento, del otro o mío, creo
que vale la pena. Lo que está mal para mí, es que antes de describir cualquier
condición en mí, aparezca la condición de discapacidad y yo me siento que soy
muchas cosas además de ser una persona con discapacidad. Sé muy bien que lo
soy, no tengo dudas al respecto, pero no es lo único que soy y tal vez tampoco
lo esencial, aunque está ahí siempre, pero no soy lo único como tampoco lo es
ninguna persona en situación de discapacidad.
UN MENSAJE QUE LA SOCIEDAD DEBE ESCUCHAR
P: ¿Qué tenés para decirle a la sociedad
uruguaya a esta altura de tu vida? ¿Alguna recomendación sobre cómo actuar para
que todos sean parte debidamente?
R: Justamente que no se puede seguir
esperando para que todos seamos parte debidamente. La educación tiene que ser
ya con acciones inclusivas verdaderamente. Haciendo honor a la verdad con
relación a mi pasado, evidentemente la sociedad ha cambiado, pero no en
relación a la inmediata necesidad de vivir hoy, YA. No hay tiempo. Las personas
con discapacidad no tienen, no deben, no pueden esperar más. Desde la vida
misma, se esperó mucho y tras esos derechos, sólo derechos, no hablo de
beneficencia, ya murieron muchas personas, las cuales no aparecen en noticias,
en revoluciones, pero que sin duda la tuvieron y cómo.
LA VIVENCIA JUDÍA
P: Becky, tu mensaje es, diría yo,
universal. Pero quisiera ir también a lo comunitario, a lo judío. Todos sabemos
de los estereotipos acerca de “los judíos”: “cerrados entre
ellos” y todo lo que deriva de esa noción. Pero yo conozco de adentro a la
colectividad judía uruguaya y aunque está sí por supuesto ese deseo de
preservar valores, tradiciones y demás, está también la fuerte solidaridad
hacia la sociedad en general. ¿Cómo has vivido esto tú desde tu propia
experiencia?
R: Sin duda, en una sociedad pequeña, donde
“se debe” ser y parecer lo mejor. Las personas con discapacidad, no
fuimos dignos de ser mostrados, todo lo contrario. Eso fue-me parece- espejo de
una sociedad donde la persona judía debía estar dando examen continuamente para
que no nos tuvieran con todos esos estigmas, que, por otro lado, no zafamos
nunca por más esfuerzos que se haga. Si a esto le sumamos tener alguna
discapacidad, es tener “cartón lleno”. En el caso de las personas con
discapacidad, si bien costó muchísimo, una vez que fuimos visualizados, muy de
a poco, fueron aceptando esta realidad como parte de la Comunidad. Pasado estos
momentos, la solidaridad fue excelente. La importancia del Rabino Mordejai Maarabi
en este proceso es fundamental. Es como que, desde la religión, fuimos
aprobados, amados y aceptados como judíos que somos y eso fue un puntapié
inicial maravilloso.
LOGROS Y MÁS POR HACER
P: ¿Cuáles dirías que son tus principales
logros en la vida Becky?
R: Aunque parezca algo menor, uno de mis
principales logros, es sentirme mujer judía, después de haberme sentido
cuestionada al respecto, en toda mi adolescencia, mi juventud. Otro logro
fundamental, es haber sentido de mis sobrinos, que pude ser y soy buena tía al
igual que tía abuela. Lograr con mucho sacrificio y con ayuda de algunas
personas, poder vivir con independencia en el máximo de mis posibilidades,
donde incluyo realizar la cena tradicional de Shabat en mi casa, con mi
familia.
P: Siempre recuerdo tus historias sobre
cómo “cocinás” vos… lo hacés plenamente aunque no puedas hacer los
movimientos y tengas que dar indicaciones a una persona que lo haga en la
práctica. Pero sin duda, es tu shabat.
R: Exacto. Y te diría también algo que no por
ser último es el menos importante: haberme recibido con tanto sacrificio y
tantos cuestionamientos y haberme jubilado por 35 años de trabajo, lo cual no
fue fácil. La verdad es que fue sin duda un logro, pero más que mío, de mi papá
que peleó tanto, principalmente conmigo, para que lograra una carrera y fuera
lo más independiente posible.
P: Hasta los 120 falta mucho…pero como se
está haciendo este resumen parcial, a medio camino, con el libro de Cherro, me
permito preguntarte también si sentís que te quedan cosas pendientes. ¿Mucho
todavía por lograr o estás en una etapa en la que te permitís descansar un
poco?
R: Mirado desde la vida, siempre hay o debe
haber cosas pendientes aunque en este momento no las sienta, pero por otro
lado, algunas veces, por suerte, descanso de las obligaciones laborales,
dándome algunos lujos como dormir hasta más tarde, poder recibir a amigos en
horarios que antes eran laborales, en fin, esas pequeñas y grandes cosas que
hacen a la vida. También dar clases no en forma permanente, cosas que me
gustan.
APOYO FAMILIAR
P: Tu papá está presente en esta entrevista
tal cual ha estado siempre en tu vida. Recuerdo que me hablaste de él en la
primera entrevista que hicimos años atrás. Me contaste que iba y venía todo el
tiempo para llevarte por ejemplo a actividades del movimiento juvenil, para que
no te pierdas nada. ¿Se podría, sin apoyo familiar, salir adelante cuando la
vida te impone serios desafíos como las secuelas del polio con que tuviste que
lidiar?
R: Seguramente no se debe generalizar, pero
sinceramente, desde mi mirada como persona, como profesional, sería muy difícil
sin apoyo familiar, por no decir imposible. Dejo abierta la duda igual, por
respeto a aquellas personas que lograron mucho en la vida y casi sin apoyo familiar,
tengan o no discapacidad.
UN BUEN RESUMEN
P: Nuevamente me atrevo a adivinar por
vos…y por favor corregime si estoy equivocada. Supongo que tenés muchos más
agradecimientos que reproches a la vida ¿no es así?
R: ¡¡¡Siiii, sin duda!!!…. Por eso le
pedí a Sarita Sabah en la presentación del libro, que cantara 3 canciones a las
cuales seleccioné. La última justamente le pedí que fuera la canción de Violeta
Parra “Gracias a la vida” y con esta canción, terminamos la
presentación. Quiero dar gracias a la Kehilá, la Comunidad Israelita, por todo
lo que ha hecho, al Rabino Moti Maarabi que tanto me apoyó, gracias a todos los
que siempre están junto a mí. ¡Gracias, muchas gracias por todo!
P: A ti Becky por lo que has hecho y lo que
sos. Un abrazo enorme.